Cerrando círculos

A veces la vida tiene estas cosas en forma de casualidad, o podríamos denominarlo serendipias.

El caso es que hace años, mientras trabajaba en la radio, pensé que sería buena idea acercarme al mundo del doblaje. Lo hice en una academia de Bilbao donde a parte de aprender la técnica, me lo pasé genial e hice amigos con quienes incluso más tarde, rodamos un cortometraje.

Una vez finalizado el curso, no tenía tiempo para dedicarle, ya que el trabajo en la radio me consumía gran parte de la jornada así que lo dejé estar.

Años más tarde y por esos caprichos del destino, decidí dedicarme de lleno al mundo de la locución y el doblaje. Seguí aprendiendo y formándome y monté mi propio homestudio tal y como se puede comprobar en esta web.

Después de un tiempo de maduración, como el vino y los jamones, empecé a tener mis primeros papeles en doblaje, primero en un sólo estudio. En otros dos, me rechazaron como conté por aquí. Pero después de un tiempo, también empecé a trabajar en ellos. Ahora puedo decir que he conseguido trabajar en los estudios de doblaje más importantes de Euskadi.

Pero a lo que el título de este post se refiere, es que en uno de esos estudios coincidí con el que fue mi profesor de doblaje de hace años, ahora dirigiéndome para dar vida a este personaje que aparece en el capítulo 2 de la tercera temporada de la serie Van der Valk que emite el canal Cosmopolitan. Por lo tanto el alumno se convierte en compañero y se cierra así un círculo que espero continúe dibujándose en forma de nuevos personajes bajo la batuta del mismo director. Gracias Antón por las enseñanzas y por la confianza, ójala podamos coincidir en más ocasiones.